🧠 ¿Por qué una cena en Sapiens puede cambiarte la percepción del tiempo?
- Grupo Seratta
- 21 jul
- 2 Min. de lectura
El tiempo es relativo, sobre todo cuando lo que vives es tan intenso que tu mente se detiene. En Sapiens, el restaurante multisensorial de Bogotá, el tiempo no solo pasa: se expande, se contrae, se transforma. Aquí no vienes a comer “rápido” ni a cenar por rutina. Vienes a experimentar cómo un plato puede convertirse en un recuerdo suspendido.

Desde el primer momento en que cruzas la puerta, Sapiens rompe tus referencias temporales. La luz tenue, el sonido diseñado, los aromas sutiles… todo está pensado para sacarte del mundo exterior y entrar en un espacio donde los minutos se sienten distintos. No miras el reloj, porque tu cuerpo empieza a guiarse por otras señales: el calor del plato, el crujir inesperado, el sabor que no sabías que extrañabas.
Este efecto no es casual. La cocina de Sapiens aplica principios de neuromarketing y estimulación sensorial, para que cada paso del menú active zonas específicas del cerebro: la emoción, la sorpresa, la memoria, la anticipación. Así, cuando pruebas un bocado que combina texturas opuestas o cuando escuchas un sonido asociado al mar mientras comes un molusco, tu cerebro interpreta la experiencia como más profunda… y el tiempo se disuelve.
La percepción del tiempo también cambia cuando estás emocionalmente presente. Y eso es algo que Sapiens domina: invitarte a estar aquí y ahora. Cada plato tiene un porqué, una historia, una forma de servirse que detiene la conversación y provoca silencio. Pero no por protocolo, sino porque tu atención ya está atrapada.
Por eso, cuando terminas la experiencia, no sabes si pasaron 60 minutos o dos horas. Solo sabes que estuviste completamente ahí, sintiendo todo, sin distracciones, como si el tiempo te hubiera hecho una pausa para que tú pudieras vivir.
Así funciona un verdadero restaurante multisensorial en Bogotá.Así se vive una noche en Sapiens.
📍Reserva tu experiencia y olvídate del reloj.Porque cuando los sentidos toman el control… el tiempo se rinde.
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